El Río


El río Guadalquivir no es sólo Geografía, ya que éste atraviesa una ciudad tan alegre como es Sevilla y pasa a formar parte de la vida de sus ciudadanos, de su cultura, de sus costumbres y de su ocio. El río tiene una orilla donde los sevillanos se reunen con el fin de pasar el rato y divertirse. La orilla donde se sitúa la Torre del Oro es la más viva y atrae a gente de todas las clases y estilos. Y como Dios los cría y ellos se juntan, podemos dividir el río en zonas, según las diversas tribus urbanas que habiten en cada una de ellas. Así encontramos Capote, a la altura de Triana, llena de canis que realizan sus rituales de cortejo y el consecuente apareamiento con las jessis. Más arriba, a la altura de Plaza de Armas, están los frikis, skaters, jebis... En esta zona puedes encontrar a personas cosplayeadas de Naruto o tocando el bajo eléctrico con un ampli portatil mientras hacen botellona. Si seguimos avanzando, llegaremos a la zona de Torneo, donde está la parte de los maricones, seguida por aquella paralela a la Alameda donde se sientan los jipis, algún que otro friki o rockero, emos o simplemenente gente socialmente amorfa, pero igualmente buenrollera. Todas las personas que eligen el río tienen algo en común: su gusto por el buen rollo (y en casi igual medida, por el alcohol).

Pero lo mejor del río es que se transforma en una costumbre, en un lugar santo y acudir al mismo se convierte en un ritual para ti y para todos tus colegas. Así, un fin de semana tras otro, a las 12 de la noche te encuentras con ellos en la Alameda, les saludas, hacéis un par de coñas y os vais a comprar alcohol ancá la Vieja. La Vieja es un concepto abstracto que no hace referencia directa a una realidad concreta -una única vieja-, sino que se refiere a una totalidad global compuesta por un local con forma de bar, una pareja de viejos que lo regentan y miles de litros. Es decir, La Vieja es una organización, un mito en vida que se caracteriza por tener el monopolio de la distribución de alcohol entre los jóvenes de la Alameda, siendo una especie de Robin Hood moderno, pero sin lo bueno del Robin Hood antiguo. Entonces, tú o uno de tus colegas entra en La Vieja y pide los 458 litros y la botella de Sandevid que os vais a tomar en el río. No obstante, si algún día alguien se siente capitalista, lo mismo pillais un lote de Negrita, ese dulce y barato néctar de batería de coche, o, si es el cumpleaños de alguien, puede que caiga algún ron aceptado por las autoridades sanitarias -la cosa está mu chunga-. La escena siempre es la misma: la vieja sentada en la misma mesa, con la misma silla, inmóvil, pétrea, siempre está contando monedas que va depositando en un pequeño cenicero, canalizando y organizando el dinero expoliado a los jipis sedientos de alcohol. Por otro lado, el viejo se encarga de cobrar las bebidas, procediendo siempre de la misma manera, con un gesto inexpresivo y profiriendo la frase: "Dame X euro". Da igual que le preguntes el precio de lo que has pedido, para decidir si te lo vas a llevar o no, da igual lo que le preguntes, da igual lo que le digas, porque el siempre te va a responder lo mismo: "dame sinco euro". Por ejemplo:

-¿Cuánto cuesta esto?
-Dame sinco euro.
-Sólo te he preguntado cuanto vale, no te he dicho que m...
-Dame sinco euro.

El siguiente paso es soltar el dinero y retorcerte de dolor por el hecho de tener que pagar una cantidad abusiva de dinero a ese Bill Gates del alcohol. Mientras uno compra, los demás se quedan fuera. Lo siguiente es poner a parir a la Vieja y manifestar el odio que sentís hacia ella:

-Illo, el lote ha costado dos euros más.
-Puta vieja.
-Es una usurera, "dame sinco euro dame sinco euro"... una patá te voy a da.
-Además, el local apesta.
-Illo, ¿de quien es el Sandevid?
-Mío.
-¿Sandevid? Eres una maricona. Llévalo tú.
-Puta vieja.

No obstante, todo esto es una ficción. Sea como sea, La Vieja os proporciona alcohol y por mucho que la insultéis, siempre hay un aprecio subyacente hacia ella, una extraña y agridulce sensación de colegueo.

Y continuáis la marcha hacia vuestra meca, hacia vuestro río, cargados con bolsas llenas de alcohol y charlando wenrolleramente para poneros al día sobre como os ha ido entre semana. Llelgáis a la esquina de la Malandar, estáis cerca, cruzáis la Avenida y os dirigís a las escaleras que hay a la altura de dicho local. Lo primero que percibes es que hay un grupo de pijos sentados en los bancos situados en la parte exterior de las escaleras. Tú, como buen amante del río, eres conservador y crees que lo correcto y más satisfactorio es ponerlos a parir, criticándolos por crear esa nueva moda de venirse al río: El río es tuyo, de tus colegas y de los jipis y da coraje que los pijos o los canis metan sus pezuñas en él.

-Illo, ¿has visto a esos? Pijos en mi río, a dónde vamos a llegar...
-Se sientan en los bancos en vez de los escalones para no mancharse los pantaloncitos.
-Los vayan a confundir con la plebe... mariconas.
-Con una camisa del cocodrilo ese me bebo yo 120 litros.
-Puta vieja.
-¿A qué viene eso?
-Si cobrase los litros más baratos, podría comprar más con lo que cueste una camisa de esas..
-Pff xD

Termináis pasando de largo y llegáis a la parte superior de las escaleras. Es entonces cuando miras hacia abajo y desde la mejor perspectiva observas el agradable panorama: toda una escalera llena de jipis rindiéndole culto al buen rollo, bebiendo, charlando y riendo. El jaleo, el murmullo y el sonido de las guitarras es incesante e intenso, música para tus oidos. Saciado del buen ambiente, comienzas a buscar a tus colegas con la mirada, les ves y te diriges hacia ellos. Comienzas a bajar escalones, a caminar entre la gente y entonces empiezas a cruzarte con
personajes variopintos que realizan diferentes actividades: un jipi que fuma un peta, un jebi que charla con sus colegas mientras fuma un peta, bajas otro escalón y ves a un emo dándole una calada a un peta, ves a otro chaval que toca la guitarra mientras se fuma un peta, llegas a un rellano y ves a un friki liándose un peta, una madre que está fumándose un peta, un peta fumando petas... gente que sabe divertirse de variadas formas. Y entonces llegas al lugar donde te esperan tus colegas, el jaleo y las risas preceden a los saludos. Llega el momento de abrir los litros y da igual que otra vez hayáis vuelto a olvidar el abridor de botellas, pues siempre está ese gran colega que posee la habilidad de abrir los litros con el colmillo. La ingesta de alcohol precede a una distendida charla, a una agradable dialectica que es el mejor reflejo de la más sincera amistad. Ahora los temas de conversación se diversifican: música, música, música, qué haremos después, chorrada irrelevante, música, chorrada... en este acogedor ambiente, tienes tiempo para distraerte un momento, para abstraerte, aislarte y mirar lo que te rodea: todos tus amigos, litro en mano, riendo, haciendo fluir el buen rollo y esto te obliga a volver al mundo con una sonrisa. Unas cuantas horas después ya estáis embriagados y sois la viva imagen del wenri. ¿Lo próximo? Guilles, Jackson, Café Canalla, Fun Club... subís las escaleras rumbo a cumplir los planes, pero antes de dirigirte a alguno de estos lugares, desde lo alto de aquella escalera donde hace algunas horas observabas el panorama, vuelves a mirar hacia abajo. Lanzas una mirada de cariño y agradecimiento hacia ese lugar donde semana tras semana das inicio a las mejores noches que pasarás en compañía de tus amigos.

Son esos pequeños detalles los que te hacen idolatrar al río, los que te obligan a acudir al él, los que hacen que te sientas cómodo sentado en esas escaleras aunque sea invierno, estés a -2 grados centígrados y se te cuele el intenso frío por los agujerillos de las Converse. Allí estás cómodo... es tu sitio.

4 comentarios:

  1. Ooh también yo voy al rio xD

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  2. Esta sí es la verdadera historia del rio palmo a palmo:
    Se llega al río cuando llegas de comprar unos litros en el museo, te bajas por la escalera y ves a una niña de 15 años llorando porque su novio la ha dejado por guarrona, pues la ha cogido liandose con una amiga suya pues ahora la pobre criatura al hacerse emo se hace igualmente bisexual. Te adentras en el paseo marítimo y ves a primarrones de 14 años alcholizados perdidos buscando resto de alcohol en las botellas. Encuentras a tus amigos y te dicen ¿pillamos un litro? vas por el litro, en ese momento sales del Chino que está al Lado del museo y ves a unos Críos con Uniformes de Colegio Neo-Facistas y Opusinos como el Tabladilla o Entreolivos y Hilgran poniendose las pulseras de pincho corriendo hacia al corte inglés, Se meten en el W.C del Corteinglés y a la salida los capuyos que iban cantando en el Bus de los amarillos el carasol ahora van con su disfraz de Punketas dirección Río mirando a los lados para comprobar que ninguno lo ha visto y poder vacilar de sus aventuras contra los nazis y que vive en una casa Okupa en vez de con mamáy papá en Simón Verde. De vueltas en el Río ves a las Mogoleñas Power con la Cara Poni bailando su jodida cancióncita. Y te vuelves a encontrar a la chica que estaba llorando liandose con otro chico y todo dios riendose de lo puta que és. te entras más hacia el puente, una criatura con un amplificador poniendo musica Otaku y dos tías liandose, le dices ke guarras y que asco te dicen homofobo y le contestas "puta si haces dos dias tu cachoo de mierda te quejabas de las guarras del lesbianismo de la chata" sigues con la bolsas con las litros y te encuentras a 2 gilipoyas con los churros de las piscina y con las emociones de goku dandose majaso en la cabeza, te empujan y ¡uy! menos mal que la bolsa no se ha caido te dirijes te cagas en su muerto y te contestas los dos sinietrillos con acento de pijo de colegio concertado: "perdone pero el rio es libre" y le responde que su libertad se puede terminar si se te cae el litro y se te rompe. Vas debajo del puent y ves a tres retrasaditas bailando ¿para-para? es como bailar la canción del telediario peromás celerado con si en vhs le das al refewr como dicen los de mi barrio. Te ríes de ellas y sigues para lante, esquivando a una niña de 14 años con una papa de sandeví y a un 11811 en plan amenazante a un crío de 13 años en plan yo soy la ley. Ni le prestas atención al subnormal y sigues, llegas debajo del puente ves do motos coreanas en plan harley y a dos puretas en plan moteros de los angeles del infierno,al infierno van a ir porque con 40 años están buscando chchos de niñas de 15 y se conoce ya que son pederasta del río. Sigue hacia tu sitio, te bebe las litros, mira a tu alrededor ve solo putillas, guarrillas y subnormales, te va a un colega y le dices tio con tanto tonto me rayo ¿ Nos vamos? Coges te levantas y te las piras.
    cuando ya estás cambiando de sitio y te dirijes al Sirena escuchas de fondo por amor de dios un gritrío y un jaléo poco normal piensas que es una comedia. Pero no son los Jebis de pacotilla de colegio consertado que a las 11 tienes que estar en casa pues como son más pijos que oju sus padre los tiene vigilados, muchos de ellos van rezando a san naruto dios de los mongolos borracho para que su papá no le pille la borrachera. otros van contandose las aventuras delSilent Hill y que han visto a un fantasma a Fantasma del Curro la mascota de expo.

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  3. Yo he empezado a ir al río hace poco y la verdad es que tanto a Rafa como al que ha comentado anteriormente os tengo que decir que no os falta ninguna razón y que, en cierto sentido, me siento identificada y avergonzada a la vez...

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