Santa Iglesia del Extremismo, una institución a la que jamás podremos vencer.

A veces, cuando buscas el término medio y hablas en nombre del multiperspectivismo, te ves obligado a criticar a aquellos que mantienen posturas extremas, radicales y casi dogmáticas. Entonces, los extremistas, desde su tendencia a dividir el mundo de forma maniquea, te malinterpretan y te tachan de todo lo contrario de lo que pretendes ser y decir; te meten en su "bando contrario", cuando lo cierto es que no eres ni de uno, ni de otro, sino que intentas encontrar lo mejor y rechazar lo peor de todos.

Por eso, discutir con fachas, rojos, ateos, creyentes, con los de "ciencias" y con los de "letras" se convierte en una ardua y exasperante tarea. Pero a veces hay que hacerlo, hay que hacerles ver que la realidad es mucho más compleja de lo que parece, que debemos cuestionarla constantemente desde todas las perspectivas que se nos ocurran y que jamás deberíamos aceptar ciegamente una verdad, aunque en ese momento parezca la más justa o sea el dogma de la mayoría. La Historia nos lo ha demostrado en innumerables ocasiones y suele recordarnos esta moraleja en forma de capítulos que tratan sobre conflictos redactados en libros.

Debemos prepararnos para todo y todo empieza en la forma de pensar.

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