Tres cadáveres no podrán parar una revolución

La Ley Sinde es para el desarrollo de la cultura, lo que la Iglesia Católica fue para la Ilustración, es decir, un intento por parte de una estructura de poder arcaica de imponer un freno ineficaz e inútil a una explosión cultural imparable. Internet está revolucionando la forma de comunicarnos y de compartir conocimiento, está democratizado los medios de producción y difusión de cultura, está dando un paso adelante en el ámbito cultural y, en definitiva, está poniendo en marcha un cambio que es imposible de frenar. De este modo, podrán crear decenas de leyes inútiles que ralenticen lo inevitable, pero jamás podrán parar esta revolución.

A tales efectos, todos aquellos artistas mediócres que, para ganar cuatro perras inmerecidas, se guarecían en la todopoderosa industria cultural de las discográficas y en el dominio que estas ejercían sobre los canales de distribución convencionales (léase Alejandro Sanz), tendrán que innovar y hacer música creativa o... apoyar leyes absurdas para alargar su decadencia un par de años más.

Tres cadáveres culturales no podrán parar esta revolución.

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