Emprendimiento empresarial y democratización


La mayor parte de la sociedad tiene una visión catastrófica e incluso apocalíptica sobre la coyuntura macroeconómica española. Los españoles están frustrados, hastiados por la crisis y su perspectiva es cada vez más pesimista. No es de extrañar, pues nos encontramos ante una amenaza titánica, que parece escapar al control de cada individuo. No obstante, no debemos olvidar que, como en toda crisis, esta gran amenaza puede transformarse en una oportunidad y resultar en un cambio positivo en el paradigma laboral, si sabemos aprovechar el viento a nuestro favor a través del emprendimiento.

Si analizamos el problema, podemos decir que la mentalidad empresarial de la sociedad española se ha estancado en las tradiciones del pasado, en un modelo elitista en el que una minoría  genera trabajo y los demás se limitan a aceptarlo. Esto ha creado una jerarquía piramidal y vertical muy marcada, según la cual, la inmensa mayoría de los españoles dependen laboralmente de una élite empresarial o burocrática. Es decir,  una gran parte de los españoles -especialmente jóvenes sin formación académica o trabajadores de edad media- están acostumbrados a que un señor con traje y maletín les busque de forma directa o indirecta, para ofrecerles un empleo. La gravedad del asunto radica en que estos trabajadores no conocen otras alternativas para desenvolverse en el mercado laboral.

Esta relación genera dos problemas: en primer lugar, facilita la dependencia social y la acomodación en las tradiciones y las normas creadas por la élite empresarial. En consecuencia, esta dependencia genera una actitud pasiva y relajada en exceso, que puede conducir lentamente a la falta de espíritu crítico y de capacidad para desarrollar cualquier acción que persiga el cambio. En segundo lugar, el otro gran problema radica en que gran parte de la élite empresarial ha demostrado ser tremendamente incompetente e ineficaz, de tal modo que han deteriorado en exceso el sistema productivo español y éste ya no puede absorber a los desempleados. En conclusión, tenemos oficinas de empleo que no sirven para emplear y personas que no saben cómo volver a trabajar.

No obstante, no debemos ser pesimistas, sino realistas, pues existen soluciones. Una de ellas reside en la cultura del emprendimiento empresarial, que puede invertir la situación actual, de tal modo que los españoles se conviertan en creadores de trabajo y no en meros receptores de empleos generados por las élites. De este modo, se democratizaría la creación de trabajo y se establecería una jerarquía más horizontal. En este sentido, debemos tener en cuenta que la cultura emprendedora enseña y motiva al individuo para liberar su potencial creador, para dotarle de una actitud proactiva -que se adelanta al cambio- y de un espíritu dinámico que trasladará al ámbito empresarial, para crear nuevas empresas. De este modo, lo más importante es que los emprendedores no sólo estarán capacitados para renovar el mercado laboral, fortalecer el tejido empresarial y generar nuevos puestos de trabajo, sino que gozarán de un espíritu crítico, participativo y despierto, que es la base de un tejido social fuerte y una democracia realmente participativa. Así, aunque no todo el mundo llegue a tener una empresa, sí tendrá una mente emprendedora y despierta.


Por ello, los expertos en este tema deben presionar al Gobierno para que desarrolle un plan estratégico que introduzca la cultura emprendedora en las vidas de todos los españoles, en los institutos, en las escuelas de adultos, en las oficinas de empleo y en los medios de comunicación, hasta el punto en el que este concepto le resulte familiar y cercano incluso a todo ciudadano de más de 50 años. Se debe luchar, para que el espíritu creador y proactivo del emprendedor esté al alcance de todos los ciudadanos y su existencia no se limite sólo al ámbito universitario, donde ha surgido. En este sentido, los profesores y estudiantes universitarios ya tienen bastantes alternativas de conocimiento y una misión: compartir lo que saben y aprovechar todo su potencial para lograr este cambio.

Porque, si bien es cierto que España ha perdido un 10% -más o menos- del PIB, también es cierto que el 90%  restante está ahí; el dinero no ha desaparecido y cada día surgen nuevas necesidades  y nichos de mercado que pueden explotarse a través de una empresa. Por ello, os aconsejo que investiguéis en este ámbito; que os mováis; que leáis libros, vayáis a conferencias y mantengáis la mente muy despierta; que, de ahora en adelante, sepáis que es un vivero de empresas, el coaching o un DAFO. Y, por último, que os arriesguéis, pongáis en marcha vuestras ideas y no tengáis miedo al fracaso.

En definitiva, junto con las medidas destinadas a reducir las debilidades de nuestro País, el emprendimiento es uno de los hilos conductores alternativos que se debe seguir para aprovechar la oportunidad que nos ofrece este gran cambio al que llaman crisis. Es una de las herramientas que debemos usar para transformar una gran amenaza en la base de uno de los mejores cambios que podría experimentar nuestra sociedad. Es un instrumento que convertirá a los españoles de receptores pasivos a creadores proactivos y participativos, que tomen las riendas de su sociedad.

Una vez que la mentalidad de los individuos haya cambiado en este sentido, el resto de las cosas buenas llegarán por si solas.


P.D. 1. Aplíquese el vídeo a España o a uno mismo.
P.D. 2. Emprender no es montar un bar.
P.D. 3. Compleméntese la actividad emprendedora con la crítica social constructiva.

2 comentarios:

  1. Motivador, emocionante, optimista, creativo...
    Sublime.
    Y todo esto, lo digo al margen del vídeo que aún ni he visto.

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  2. Gracias :333
    El vídeo es lo mejor, motivador y épico a más no poder xD

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