En definitiva, esta evolución ha provocado que los videojuegos dejen de ser un simple elemento de ocio y se conviertan en un autentico elemento socializador, ya que comunican valores, intercambian símbolos, transmiten comportamientos y conductas, enseñan lenguajes y ofrecen la posibilidad de que el jugador desarrolle una conducta libre en un marco temático configurado por el mismo videojuego. ¿Qué haríamos si con 14 años nos pusiésemos al volante de un coche de Fórmula 1 o nos convirtiésemos en un soldado que luchó en la Segunda Guerra Mundial?
En conclusión, los videojuegos se han transformado en un producto cultural, en una parte de nuestra convivencia social y ello ofrece unas magníficas ventajas, ya que podemos encontrar desde juegos educativos que entretienen a los más jóvenes y les inician en el mundo de las matemáticas o los idiomas, hasta autenticas aventuras gráficas que son el reflejo de complejas influencias literarias y entretienen a los adultos más exigentes.
Los aspectos conflictivos y la necesidad de legislar
No obstante, como todo producto de comunicación masiva, los videojuegos también pueden generar una serie de problemas y conflictos e injusticias sociales, que se consideran más graves cuando se interrelacionan varios elementos en torno al núcleo de los videojuegos: los niños (el segmento más débil desde el punto de vista social, ya que carecen de experiencia y absorben con gran rapidez la influencia que les llega de los agentes socializadores) y la violencia, por un lado, y la publicidad y el contenido de los videojuegos por otra. Estos elementos son interdependientes y pueden provocar varios conflictos.
La violencia en los videojuegos puede alterar el desarrollo personal de los niños, quienes son vulnerables y pueden verse persuadidos por la publicidad de videojuegos violentos. ¿El código PEGI es suficiente? Personalmente, creo que un minúsculo icono informativo en la esquina de un diseño nunca va a conseguir gran cosa frente a un mensaje persuasivo que multiplica su tamaño por cien (eso es como un David sin honda y un Goliat con una m-16)
Caso de advertgaming. Agobiante, ¿eh?
Por todo ello, es necesaria la existencia de unas leyes y unas normas específicas, más allá de los códigos de autorregulación, que regulen el ámbito de los videojuegos y protejan la convivencia, la integridad y los derechos de los videojugadores.
Totalmente deacuerdo!!
ResponderEliminarPa que sirve el pegi entonces? :/
ResponderEliminarRecordarme el Longest Journey = 100000 internets for you
ResponderEliminarjajaja... era muy grande :D
ResponderEliminarEl problema no son los juegos ni el PEGI, el problema es el como esos crios adquieren esos productos y como los padres cada vez relegan más el papel de educador a la televisión y a los videojuegos.
ResponderEliminarMás que un problema legal es un problema familiar y de pérdida y elusión de responsabilidades.
Desde la perspectiva que planteas, estoy totalmente de acuerdo contigo.
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